¡Ey! Qué tal mi querido lector(a), el día de hoy vengo a hablarte sobre lo que a mi parecer, es la manera correcta de iniciar el cambio a una vida activa físicamente.
El ejercicio regular es el hábito más valioso que puedes tener en tu vida, y el más conocido como herramienta para llevar una vida saludable.
Si haces ejercicio de forma constante, definitivamente sabes a lo que me refiero. Pero si aún no logras ser muy activo en tu rutina diaria, en este artículo tengo para ti: 5 consejos para empezar a hacer ejercicio.
Seamos sinceros: no es tan difícil comenzar a ejercitarnos. El problema viene al momento de convertirlo en un hábito.
Con mucha frecuencia el entusiasmo inicial se evapora y nuestra energía disminuye poco a poco; nos distraemos fácilmente, o tal vez no logramos ver los resultados con suficiente rapidez y de repente ¡pum! Tiramos la toalla.
No quiero mentirte, el ejercicio puede ser incómodo al principio. Y ese es el principal motivo del por qué nos cuesta tanto empezar. Incluso, si tú ya tienes el hábito establecido, puede que algunos días sientas resistencia a entrenarte.
La buena noticia es que la actividad física repercute positivamente en muchas áreas de nuestras vidas, solo debemos enfocarnos en ser constantes y los beneficios caerán del cielo.
El ejercicio regular es el hábito más valioso que puedes tener en tu vida, y el más conocido como herramienta para llevar una vida saludable.
Si haces ejercicio de forma constante, definitivamente sabes a lo que me refiero. Pero si aún no logras ser muy activo en tu rutina diaria, en este artículo tengo para ti: 5 consejos para empezar a hacer ejercicio.
Seamos sinceros: no es tan difícil comenzar a ejercitarnos. El problema viene al momento de convertirlo en un hábito.
Con mucha frecuencia el entusiasmo inicial se evapora y nuestra energía disminuye poco a poco; nos distraemos fácilmente, o tal vez no logramos ver los resultados con suficiente rapidez y de repente ¡pum! Tiramos la toalla.
No quiero mentirte, el ejercicio puede ser incómodo al principio. Y ese es el principal motivo del por qué nos cuesta tanto empezar. Incluso, si tú ya tienes el hábito establecido, puede que algunos días sientas resistencia a entrenarte.
La buena noticia es que la actividad física repercute positivamente en muchas áreas de nuestras vidas, solo debemos enfocarnos en ser constantes y los beneficios caerán del cielo.
El ejercicio fortalece tu mente y músculos
A mediados de la década del 2000, dos investigadores australianos realizaron una serie de experimentos para ver si la fuerza de voluntad puede ser fortalecida con el tiempo. Sí, algo así como un músculo.
En su primer estudio, publicado en 2006, los participantes siguieron un programa de ejercicios 3 veces por semana. Este programa tuvo una duración de 2 meses.
En su primer estudio, publicado en 2006, los participantes siguieron un programa de ejercicios 3 veces por semana. Este programa tuvo una duración de 2 meses.
“Como era de esperarse, después de solo dos meses los participantes fortalecieron sus músculos y su sistema cardiovascular. La mayoría logró llegar a su peso ideal y aumentó su masa muscular”.
Pero, ¿qué fue lo que pasó con su fuerza de voluntad?
Para poner a prueba su fuerza de voluntad, todos los participantes, además de hacer su rutina de ejercicio, tenían que descifrar un juego mental. Pero antes de empezar el juego, se les pedía que contestaran ciertas preguntas que agotaban su energía mental.
La gente por lo general hace un buen puntaje en este juego mental, pero cuando se practica inmediatamente después de resolver problemas y acertijos que consumen mucha energía mental, es normal cometer más errores y renunciar más rápido.
Sorprendentemente después de un tiempo de hacer ejercicio, los participantes mejoraron su desempeño en este juego mental (incluso con la energía mental agotada).
De alguna forma, parecía que el ejercicio mejoraba su constancia, su confianza en la capacidad para resolver el juego y se rendían menos. Este hecho llevó a los investigadores a la conclusión de que el ejercicio puede aumentar tu fuerza de voluntad.
En otras palabras, mientras hacemos ejercicios fortalecemos nuestros músculos, y mente (entrenas tu fuerza de voluntad) haciéndola cada vez más resistente.
Pero eso no es todo. A continuación, las cosas se ponen realmente interesantes. Los participantes experimentaron una transformación completa en su rutina diaria.
Para demostrarlo, se les pidió a dichos participantes que informaran a los investigadores sobre algunos aspectos de su rutina diaria como: cantidad de alcohol consumida, número de cigarrillos al día, comida chatarra, horas de televisión, horas de sueño, finanzas personales, cambios en el estado emocional, relaciones personales, etc.
Algo increíble sucedió: en todas estas categorías, hubo una mejora saludable.
Para poner a prueba su fuerza de voluntad, todos los participantes, además de hacer su rutina de ejercicio, tenían que descifrar un juego mental. Pero antes de empezar el juego, se les pedía que contestaran ciertas preguntas que agotaban su energía mental.
La gente por lo general hace un buen puntaje en este juego mental, pero cuando se practica inmediatamente después de resolver problemas y acertijos que consumen mucha energía mental, es normal cometer más errores y renunciar más rápido.
Sorprendentemente después de un tiempo de hacer ejercicio, los participantes mejoraron su desempeño en este juego mental (incluso con la energía mental agotada).
De alguna forma, parecía que el ejercicio mejoraba su constancia, su confianza en la capacidad para resolver el juego y se rendían menos. Este hecho llevó a los investigadores a la conclusión de que el ejercicio puede aumentar tu fuerza de voluntad.
En otras palabras, mientras hacemos ejercicios fortalecemos nuestros músculos, y mente (entrenas tu fuerza de voluntad) haciéndola cada vez más resistente.
Pero eso no es todo. A continuación, las cosas se ponen realmente interesantes. Los participantes experimentaron una transformación completa en su rutina diaria.
Para demostrarlo, se les pidió a dichos participantes que informaran a los investigadores sobre algunos aspectos de su rutina diaria como: cantidad de alcohol consumida, número de cigarrillos al día, comida chatarra, horas de televisión, horas de sueño, finanzas personales, cambios en el estado emocional, relaciones personales, etc.
Algo increíble sucedió: en todas estas categorías, hubo una mejora saludable.
“La gente iba de fumar 14 cigarrillos al día a cerca de 3, aumentaron el consumo de frutas y verduras y el patrón de sueño mejoró. Las tareas domésticas, la capacidad de tomar decisiones también mejoraron, y así sucesivamente…”
El hábito de empezar a hacer ejercicio, los impulsó a tener grandes mejoras en otras áreas de su vida de forma totalmente inesperada y sin ningún tipo de esfuerzo adicional.
Mientras que el grupo que no siguió el programa de ejercicio, no tuvo ninguna mejora en absolutamente nada.
Los beneficios de hacer ejercicio no sólo se notan físicamente, sino también a nivel mental, lo cual se extrapola en cada rincón de tu vida (incluso aquellas áreas que no tenías contempladas).
Mientras que el grupo que no siguió el programa de ejercicio, no tuvo ninguna mejora en absolutamente nada.
Los beneficios de hacer ejercicio no sólo se notan físicamente, sino también a nivel mental, lo cual se extrapola en cada rincón de tu vida (incluso aquellas áreas que no tenías contempladas).
5 consejos para comenzar a ejercitarte
1) Empieza con una rutina sencilla.
Tú cuerpo está saliendo del sedentarismo, no lo atrofies o estreses con una rutina extenuante, mejor inicia poco a poco, y luego vas subiendo la intensidad cuando te sientas cómodo.
2) Fíjate metas realistas.
No intentes empezar con una rutina dura y rigurosa de ejercicio desde el primer momento. Empieza con sesiones de intensidad, ritmo y tiempo moderados y ve aumentando todo conforme vaya resultándote más fácil la rutina. Prueba con tres sesiones semanales de 30 minutos para ver cómo te sientes.
3) Come de manera saludable.
Si pretendes perder peso, debes aprender a comer bien. No te dejes engañar por las dietas milagrosas, ya que volverás a ganar peso a la mínima de cambio. En mi publicación: ¿Cómo iniciar una dieta ideal? hablo detalladamente al respecto.
4) Utiliza ropa cómoda para ejercitarte.
Hay personas a las que les gusta usar vestimenta de algodón para entrenar, personalmente no lo recomiendo, pues el algodón retiene todo el sudor y la camisa o guarda-camisa se moja todita rápidamente. Y por supuesto, aspiro que no llegues al extremo de hacer deporte con tacones o zapatos de vestir en el caso de los hombres.
5) Premiate luego de cada sesión de entrenamiento.
A pesar de que realizar ejercicio debe ser en sí un premio para ti, los primeros días tú cerebro estará más concentrado en las incomodidades que en el los beneficios. Entonces premiate saludablemente, no hay nada de malo en ello.
Te quiero premiar por haber leído la publicación completamente, y es por eso que te dejo la oportunidad abierta de unirte a mi comunidad privada.
Y no solo eso, además recibirás mi revista "Duplica tú rendimiento diario" con la cual podrás adentrarte en el tema del peso ideal, e iniciar tú proeza de darle un giro a tú vida. Te espero en los comentarios ;) Y comparte este post en tus redes sociales, para ayudarme a difundir el conocimiento.
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